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URTICARIA SOLAR

La urticaria solar es un proceso muy poco frecuente, caracterizado por el desarrollo de eritema y habones a los pocos minutos de la exposición a la luz solar .

Se clasifica en 6 tipos, según la longitud de onda de la luz que provoca la reacción y que sea o no posible transferir el fenómeno pasivamente con el suero.


  • Los tipos I y IV se observan con longitudes de onda de 2.800 a 3.200 angström y de 4.000 a 5.000 angström respectivamente. Ambos tipos son transferibles pasivamente por el suero.
  • Los tipos II, III y V se inducen con longitudes de onda de 3.200 a 4.000 angström, de 400 a 500 nanómetros y de 2.800 a 5.000 angström respectivamente y no pueden transferirse pasivamente por el suero.
  • El tipo VI es un trastorno metabólico (protoporfiria eritropoyética) en el cual la protoporfirina IX actúa como fotosensibilizante a una longitud de onda de 4.000 angström.


Aunque su patogénesis no se conoce con certeza, sí se ha podido demostrar en algunos casos, liberación de mediadores (histamina, ECF-A y NCF) por parte de los mastocitos de estos pacientes tras la provocación lumínica. Además en las formas I y IV el test de transferencia sugiere que la irradiación de la piel produce un fotoproducto, el cual resulta antigénico y reacciona con algún factor sérico (IgE?), dando lugar a la liberación de mediadores y urticaria. En los tipos II, III y V el mecanismo se desconoce.

Manifestaciones Clínicas

Es más frecuente en adultos aunque puede presentarse a cualquier edad. La urticaria se manifiesta al cabo de 1 a 3 minutos de la exposición solar. Típicamente aparece primero el prurito, al que sigue, al cabo de 30 min., el eritema y los habones distribuidos en las zonas de exposición lumínica. Las lesiones son evanescentes, desapareciendo generalmente al cabo de 1 - 3 horas.

Cuando grandes áreas del cuerpo son expuestas, pueden aparecer angioedema y/o síntomas sistémicos (cefalea, hipotensión y broncoespasmo). Por el contrario, cuando la exposición es poco intensa y en zonas cutáneas afectadas crónicamente como la cara o manos (que se tornan menos reactivas), puede sólo desarrollarse eritema.

Como la radiación ultravioleta A y la luz visible pueden atravesar vestidos delgados, a veces las lesiones pueden aparecer también en zonas cubiertas. La luz fluorescente también es capaz de producir urticaria. La enfermedad una vez que aparece tiende a persistir varios años (un promedio de 10).

Diagnóstico

Se confirma con el foto-test. Consiste en reproducir las lesiones a los minutos de la exposición a una fuente de luz natural (sol) o artificial (lámpara de cuarzo o tubo fluorescente). El uso de filtros puede separar la reactividad en sus diferentes tipos. La respuesta anormalmente retardada nos diferencia a los pacientes con erupción solar polimorfa. Los síntomas cutáneos de la protoporfiria eritropoyética siempre se inician antes de los 13 años y los pacientes (y sus familiares) presentan aumento de la protoporfirina en eritrocitos y a veces en heces.

Diagnóstico Diferencial

Debe hacerse con la fotosensibilidad por medicamentos y con la erupción solar polimorfa . Esta última es una dermatitis recurrente de origen desconocido que se presenta en zonas de la piel expuestas a la luz durante los meses de sol remitiendo durante el invierno. En el plazo de horas a la exposición aparecen pápulas pruriginosas y eritematosas que pueden confluir formando placas y que al contrario que la urticaria solar suelen persistir durante días. Con menos frecuencia aparece como placas eccematosas con vesiculación. El tratamiento es con filtros solares y/o cloroquina. Debe diferenciarse también de procesos que empeoran con el sol, como la pelagra, LES , eritema multiforme y enfermedad de Hartnup.

Tratamiento

En los pacientes con urticaria solar de tipo I , es eficaz tomar medidas para protegerse de las radiaciones ultravioletas, tal como la utilización de protectores solares como PABA al 15% y ropa apropiada. Los cristales de las ventanas también ofrecen protección pues no dejan pasar las radiaciones ultravioletas B.

En los pacientes con los tipos II, III, IV y V , que son sensibles a la luz visible, estas medidas son insuficientes, requiriendo la utilización de protectores solares opacos tal como el óxido de titanio u óxido de zinc. Los medicamentos antipalúdicos como la cloroquina 2 comp/día, son de utilidad (excepto en la protoporfiria eritropoyética que puede agravarla). Bajo este tratamiento los enfermos presentan una mayor tolerancia a la luz, pudiéndose utilizar durante cortos períodos de tiempo (por ej.: durante el mes de vacaciones). Por el contrario, no son convenientes tratamientos prolongados debido a que estos compuestos pueden depositarse en la córnea y la retina y dar trastornos visuales, requiriendo además controles oftalmológicos cada 3 meses.

La desensibilización con UVA , PUVA o simplemente con progresiva exposición a la luz solar o artificial puede en algunos casos ser beneficiosa.

Los pacientes pueden beneficiarse con la utilización de antihistamínicos (especialmente los tipos I y IV , IgE mediados), tal como hidroxicina, 25 mg 1 - 3 veces al día, asociándola en caso necesario a la ciproheptadina, 4 mg 3 - 4 veces al día. Puede también ensayarse con doxepina 10 - 75 mg/día. O bien anitH1 no sedativos a dosis altas.

El tipo IV (protoporfiria eritropoyética) preferiblemente debe tratarse con betacaroteno.


Dr. Kiars Themme Afan.

Mayor información comunicarse directamente al 221-5315 (4 a 8pm) o al 9-9726-3831 (todo el día).
dr.kiars@hotmail.com / www.medicosdelperu.com.pe/drthemme

 

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