LAS ALERGIAS NO SE VAN DE VACACIONES

Con la llegada del calor, los síntomas de la alergia al polen, una patología que afecta al 20 por ciento de la población, pueden multiplicarse e incluso desencadenar desde conjuntivitis hasta patologías más graves como el asma bronquial. Por ello, viajar a un lugar costero o a una ciudad con bajas concentraciones de polen, es la mejor opción para estas vacaciones. En este especial te enseñamos todas las claves para prevenir y combatir esta patología que en el 2015 alcanzará al 50 por ciento de la población. Toma nota.


En el año 1920, menos del uno por ciento de la población mundial sufría alergia al polen. Sin embargo, un siglo después, esta patología ya afecta al 20 por ciento de la población. Concretamente en España, más de seis millones de personas sufren alergia al polen y para el 2015 esta patología alcanzará el 50 por ciento de la población, alerta la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). La contaminación y los factores genéticos serán los principales responsables de su incremento sobre todo en las ciudades, así como el consumo de tabaco y la falta de exposición a los gérmenes durante la infancia.

La alergia al polen afecta sobre todo a jóvenes de entre 14 y 30 años, aunque cada vez son más frecuentes las consultas de niños de cuatro a cinco años y de ancianos, alerta la SEAIC. La reacción alérgica se desencadena en el organismo con la polinización de las plantas, cuando el polen que circula por el ambiente penetra en el organismo, generalmente a través de las mucosas expuestas al aire (ojos, nariz y boca) y se desencadenan sus molestos y característicos síntomas: picores, ojos llorosos, nariz irritada, congestión y estornudos constantes, entre otros. La intensidad y el tipo de síntomas varían dependiendo del momento de la vida de las personas.

Para los alérgicos al polen, "este año está siendo muy tranquilo". En primer lugar, las concentraciones de gramíneas de esta primavera han sido bajas respecto al año pasado, "por la ausencia de lluvias y la intensidad del pasado frío invernal". Por ello, han disminuido el número de personas que han visitado las consultas a los alergólogos, especialmente de zonas de Extremadura y parte de Andalucía, donde la concentración de este tipo de polen suele ser alta", explica el doctor Subiza, Coordinador del Comité de Aerobiología de la SEAIC.

A medida que avance el verano, "este tipo de concentraciones seguirán bajando hasta el mes de julio, al igual que el polen del olivo". En este sentido, el calor puede tener un efecto perjudicial o beneficioso para los alérgicos, "dependiendo de la época del año que se registre". Por un lado, "son precisamente los días de calor de la primavera, cuando se producen las concentraciones más altas de polen", concluye el especialista.

En verano, la subida de las temperaturas significa una reducción en la emisión de la mayoría de tipos de polen, a excepción de las plantas quenopodiáceas. Las personas sensibles a este tipo de polen, presentes en las plantas de las espinacas y de las acelgas, procedentes de lugares muy secos, "tendrán que sufrir esta alergia hasta finales de agosto y septiembre, sobre todo en los días que registren las temperaturas más altas".

Consejos para prevenir las alergias en verano

Para no llevarse una desagradable sorpresa, los pacientes alérgicos al polen que vayan a desplazarse, "deben conocer las concentraciones de alergenos de los lugares donde vaan a permanecer". Para informarse de ellos, pueden visitar la página www.polenes.com, donde se especifica por ciudades el tipo de polen y el nivel de concentración que existe en estos momentos en cada una de las ciudades españolas.

Además, según el doctor Subiza, si las concentraciones de polen fueran altas, debemos seguir los siguientes consejos:

- Estar el mayor tiempo posible en el interior de las casas con las ventanas cerradas, sobre todo en los días de mucho viento.

- Utilizar el coche y con las ventanillas subidas, si debemos desplazarnos dentro del lugar de vacaciones.

- Utilizar gafas de sol para proteger los ojos, especialmente en el caso de personas con tendencia a la conjuntivitis alérgica.

Aunque lo ideal, "es elegir un lugar de vacaciones que esté libre de pólenes o el nivel de concentración sea muy bajo", recomienda el alergólogo. En este sentido, el doctor Subiza recomienda "viajar a lugares costeros y zonas del mediterráneo, donde los alérgicos notarán una mejoría considerable".

Los tratamientos más efectivos

"El tratamiento más efectivo que existe es la vacuna alergénica, el único que hoy por hoy produce una mejoría inmediata y permanente en el tiempo", afirma Tomás Chivarro, presidente electo y miembro del Comité de Inmunoterapia de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). La inmunoterapia consiste en una inyección por vía subcutánea o bien vía sublingual de cantidades gradualmente crecientes a base de extracto de la sustancia responsable de la alergia. Este tratamiento está especialmente recomendado "para pacientes con síntomas de rinitis, conjuntivitis y/o asma a causa del polen", especifica el especialista.

Para que las vacunas sean eficaces, "es fundamental seleccionar adecuadamente el alérgeno que está produciendo los síntomas en el paciente y la cantidad, así como garantizar condiciones de seguridad para evitar que puedan producir algún tipo de efecto secundario", detalla el doctor Subiza. Así mismo, para lograr un beneficio permanente "el tratamiento debe mantenerse entre tres y cinco años como mínimo".

Otra de las opciones terapéuticas, añade el especialista, "son los corticoides, antihistamínicos y broncodilatadores. Estos fármacos son efectivos para reducir los síntomas de manera temporal pero no permanente, como es el caso de las vacunas". De este modo, "si a un paciente que sufre asma alérgico se le retira sus corticoides inhalados, lo normal es que la enfermedad vuelva de nuevo con la misma intensidad que antes de adherirse al tratamiento".

¿Por qué cada vez hay más alergias?

Existen diversas hipótesis sobre el incremento de las alergias sobre todo en los países industrializados. Una de las que gana más fuerza entre los especialistas es la de la higiene que apunta al exceso de limpieza durante la época de la infancia como causa de las alergias posteriores. "El sistema inmunológico no tiene la necesidad de defenderse de virus y bacterias, lo que potencia un desarrollo de los anticuerpos de tipo IG, que son los que generan años más tarde estas respuestas alérgicas", detalla el doctor Javier Subiza. Esta hipótesis explicaría el "por qué hay más alérgicos en los países más industrializados y occidentalizados, donde existen "muchas medidas de higiene, de medicina preventiva y donde se siguen estrictos calendarios de vacunación", detalla el especialista.

Otra de las hipótesis es el cambio cualitativo y cuantitativo en la contaminación de las grandes ciudades, procedente principalmente de las fuentes del petróleo. Así, el uso de coches con motores diesel, generan una gran cantidad de partículas que incrementan el poder alergénico de los pólenes, "hasta 27 veces más, como se ha podido demostrar en algunos estudios", detalla el doctor Subiza. Esto justificaría que haya más alérgicos dentro de las ciudades que fuera.

Dr. Kiars Themme Afan.

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